Fin de semana en casa del abuelo ¡La pequeña zorra quiere su herencia!

Millonario, viudo y sin una novia que le quita los huevos, este anciano mira a cualquier joven con ojos morbosos. Su nieta, que es una prostituta interesada, fue a la casa del anciano durante un fin de semana para "visitarlo". El viejo sabía que la niña vendría a recibir su parte de la herencia, pero no le iba a dar el dinero, tenía que ganárselo como puta. La niña, que estaba en el patio con el viejo, le mostró sus ricas tetas y después de un breve ritual incestuoso, la niña se sentó en las piernas del viejo y dejó que la follara, ¡es una perra la niña!