Primero con el abuelo y luego con papá, ¡qué buenas pollas tienen!

Esos límites que la sociedad pone a las personas para que no disfruten del sexo libremente no me afectan. Crecí solo con mi madre, ella me inculcó buenos valores y me dijo que disfrutara mi vida al máximo y que si quería hacer algo, lo haría y no prestaría atención a lo que los demás decían. Desde que era adolescente comencé a tener fantasías incestuosas con mi abuelo y mi padre, no sé por qué estas ideas se me ocurrieron, pero cada vez que las imaginaba desnudas, mi caparazón era como una laguna, así que decidí hacer esa fantasía. hecho realidad y follar a estos dos hombres el mismo día sin que sepan nada.